Las almendras, nueces y otros frutos secos contienen muchas grasas saludables y se consideran bocadillos saludables.

Si está sellado al vacío, también tiene la ventaja de que su fecha de consumo preferente es de aproximadamente un año. Sin embargo, en temporadas calurosas y húmedas como las actuales, si no se almacena correctamente, puede desarrollarse toxina de moho, por lo que es importante tener precaución.

Es fácil pensar que los frutos secos no se echan a perder. Sin embargo, si se dejan a temperatura ambiente o se exponen a la luz solar directa, los ácidos grasos de los frutos secos pueden oxidarse y deteriorarse, ocurriendo un proceso llamado 'rancidez', o puede aparecer moho. El moho produce toxinas durante su metabolismo, las cuales no se destruyen en los procesos de cocción y procesamiento habituales. Incluso en cantidades muy pequeñas, pueden ser perjudiciales para el hígado, los riñones y otros órganos.

Las principales toxinas producidas por hongos que se pueden encontrar en los frutos secos son la aflatoxina, la ocratoxina y la zearalenona. En particular, la aflatoxina, que se produce por la rancidez y la contaminación por hongos, puede causar cáncer de hígado, entre otros, y ha sido clasificada por la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer como carcinógeno de categoría 1. La aflatoxina crece mejor en lugares cálidos y húmedos, con temperaturas superiores a 25 grados o una humedad relativa del 60 al 80%. La ocratoxina puede causar nefritis crónica, nefritis aguda y lipidosis, mientras que la zearalenona puede provocar infertilidad y otros trastornos en la función reproductiva.

La mejor manera de prevenir la rancidez de los frutos secos es envasarlos con una máquina de vacío doméstica y almacenarlos en el refrigerador. Si no se dispone de una máquina de vacío, basta con poner los frutos secos en una bolsa con cierre y eliminar completamente el aire. Lo importante es bloquear el aire y la humedad. Para los frutos secos con cáscara, como los cacahuetes, se deben guardar con la cáscara y, al consumirlos, sacar solo la cantidad necesaria para una sola porción.

También es importante no consumir frutos secos en mal estado. Por lo tanto, es recomendable desechar por completo los frutos secos que tengan olores desagradables como pintura. Además, al comprar frutos secos, inspecciona cuidadosamente la superficie y verifica la fecha de caducidad, comprando en pequeñas cantidades. Es mejor devolver aquellos que tengan manchas blancas sospechosas de moho o cuerpos extraños.