Disminución de la calidad de vida debido al dolor de rodilla

Supongo que mi terquedad al caminar 10.000 pasos bajo el calor del verano, impulsada por el deseo de perder peso, ejerció una presión adicional sobre mis rodillas, que ya estaban maltrechas.

Aun así, seguía perdiendo peso poco a poco, así que me esforcé más, pero el dolor era tan intenso que fui a un traumatólogo. Me diagnosticaron retención de líquidos, así que me la drenaron y me pusieron una inyección. Sin embargo, el dolor en la rodilla, que antes había mejorado con la inyección, no daba señales de remitir, así que fui a una clínica de medicina coreana donde me recomendaron acupuntura. En lugar de eso, me sugirieron extraer sangre y me aplicaron presión en la rodilla para hacerlo. No sé si estuvo mal, pero el hematoma pasó de morado a negro y el dolor empeoró, así que no me quedó más remedio que volver al hospital. ¿Cómo estoy ahora?

El dolor casi ha desaparecido y, aunque todavía tengo cierta dificultad para caminar, me siento mejor. Gracias a la amable atención y el tratamiento del médico, mi calidad de vida está mejorando gradualmente. Le pregunté si iba a hacer un viaje pronto y me dijo que no me preocupara, lo cual me tranquilizó. Ahora camino sin analgésicos.

También me di cuenta de lo valiosas que son mis rodillas, y me alegra no tener más la ansiedad de tener problemas para caminar.

No hay ninguna parte de nuestro cuerpo que no sea preciosa.

Agradezco la amabilidad del cirujano ortopédico al que acudo, de las enfermeras y de los fisioterapeutas.