No hago mucho trabajo que requiera usar mucho las manos, pero me apareció el síndrome del dedo pulgar de gatillo en la mano izquierda. Un día me desperté y tenía un dolor muy fuerte en la zona donde el pulgar se encuentra con la palma de la mano. Pensé que tal vez había golpeado algo mientras dormía, y que con el tiempo desaparecería, pero el dolor fue empeorando cada día, así que decidí ir a la clínica ortopédica. Pensé que podía tener algún problema en la articulación. Después de hacerme una revisión, el médico dijo que parecía síndrome del dedo gatillo. Además, me recomendaron que, si el dolor era muy intenso, en lugar de fisioterapia, era mejor usar inyecciones para aliviar rápidamente el dolor. Así que me pusieron una inyección de esteroides en la palma de la mano. Como era una zona muy desconocida para mí en cuanto a inyecciones, me dio miedo, pero el dolor era tan fuerte que cerré los ojos y me la puse. Después de la inyección, durante más de medio día, no sentía nada en la zona de la inyección, como si tuviera anestesia. En ese momento, me advirtieron que no moviera la mano de manera imprudente porque no tenía sensibilidad. Al día siguiente de la inyección, el dolor casi desapareció por completo. Todavía sentía una sensación de rigidez, así que tomó unos días recuperar completamente la sensibilidad. Pero, en realidad, es mejor recibir una inyección que seguir sufriendo con el dolor. Cuando aparecen estos síntomas, no lo dudes y ve inmediatamente a la clínica ortopédica para recibir una inyección.
