El vértigo posicional benigno es una enfermedad cuya causa no se conoce claramente. A través de la observación de qué género y qué grupo de edad tiene más pacientes, se intenta inferir la causa. Según la Agencia de Evaluación y Aseguramiento de la Salud, en 2023, aproximadamente el 48% de los pacientes con vértigo posicional benigno fueron mujeres mayores de 50 años, representando la proporción más alta. Estos datos, junto con el hecho de que los vértigos son acumulaciones de calcio, respaldan la hipótesis de una relación con enfermedades como la deficiencia de vitamina D o la osteoporosis. El profesor Byun Jae-yong explica: “Además, en casos donde la circulación sanguínea no es adecuada, los vértigos pueden ocurrir por la caída de los cristales de vértigo”, y añade: “Dado que la circulación sanguínea suele ser deficiente en personas mayores de 50 años, también se considera que hay una relación, y se identifica la infección viral como una de las causas”.
El vértigo posicional benigno se trata mediante una maniobra de reposicionamiento que consiste en mover los cristales de otolitos, que caen en el conducto semicircular y provocan mareo, hacia un lugar llamado utrículo, donde no estimulan los nervios. Para realizar esta maniobra, es fundamental determinar la ubicación de los cristales. Para ello, se realiza una prueba de nistagmo que consiste en estimular el conducto semicircular y leer las señales de movimiento de los ojos para identificar en qué posición se encuentran los cristales. Aproximadamente el 95% de los pacientes que reciben esta maniobra experimentan mejoría en sus síntomas, aunque en casos muy raros se realiza una cirugía de cierre del conducto semicircular para evitar que los cristales toquen los nervios.

La enfermedad de Menière no tiene una causa claramente identificada. Al igual que en el caso del vértigo posicional benigno, la mayoría de los pacientes son mujeres, representando el 70%. Se considera que la enfermedad de Menière podría estar relacionada con enfermedades autoinmunes. En los calurosos meses de verano, se debe tener más precaución con la enfermedad de Menière. La enfermedad de Menière se produce por un aumento en el líquido endolinfático, y hay estudios que indican que en días calurosos, el líquido endolinfático aumenta en comparación, lo que incrementa la prevalencia. Actualmente, se están llevando a cabo numerosos estudios relacionados con las causas de la enfermedad de Menière.
El objetivo del tratamiento de la enfermedad de Ménière es reducir la cantidad de endolinfa. Se regula principalmente mediante el uso de diuréticos. Al controlar la endolinfa con diuréticos y limitar la ingesta de sal (menos de 1.5 g por día), se puede aliviar los síntomas. También se ha sugerido constantemente una relación con la migraña, por lo que es necesario mantener hábitos alimenticios y de sueño regulares, así como gestionar el exceso de trabajo y el estrés. El profesor Byun afirmó: "La enfermedad de Ménière y el vértigo posicional benigno tienen una alta tasa de recurrencia", y enfatizó que "una vez que se ha padecido la enfermedad, es necesario un control constante".
