De repente, tuve moqueo y lágrimas constantes, lo que me dificultaba muchísimo la vida diaria, así que acudí a la Clínica de Otorrinolaringología Pangyo Seúl. Estaba tan mal que no podía salir sin pañuelos, así que hice una visita rápida. Desde el momento en que me registré, me hicieron preguntas detalladas sobre mis síntomas y sentí su atención desde el principio. En la consulta, el director me examinó cuidadosamente la nariz y el contorno de ojos, explicándome con calma si tenía un resfriado o una reacción alérgica. Explicó las causas de estos síntomas de forma sencilla, lo que me tranquilizó. También agradecí que me recetara medicamentos adaptados a mi estado actual sin necesidad de pruebas innecesarias. Desde que tomo el medicamento, mi goteo nasal y lagrimeo han disminuido notablemente, y mi respiración se ha vuelto mucho más fácil. La orientación que recibí sobre técnicas de irrigación nasal y cuidados diarios fue increíblemente útil. Gracias al tratamiento rápido y preciso, planeo volver si síntomas similares reaparecen.