Mi hijo tenía una nariz que moqueaba constantemente, así que fui a visitarlo. Quizás fue porque de repente hizo más frío, pero mi hijo se quejaba de congestión y moqueo todas las noches. Escuché que las reseñas eran buenas, así que fui a esta clínica cercana, y entendí por qué tenía tan buenas reseñas. Las enfermeras recibieron a mi hijo con alegría y le hicieron un chequeo rápido antes de la cita, creando un ambiente agradable. La directora examinó cuidadosamente la condición de mi hijo, explicándome si era un simple resfriado o una rinitis en etapa temprana. También era conocida por no recetar tratamientos innecesarios, lo que me dio confianza. También revisó los oídos y la garganta de mi hijo, lo que me tranquilizó. Además, me dio instrucciones claras sobre cómo manejar mi condición en casa y cuándo regresar. El tiempo de espera fue corto y el flujo general fue fluido, lo que lo convirtió en un lugar conveniente para pasar cada vez que mi hijo tenía un resfriado o moqueo. ¡El director es el mejor!