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En invierno, cuando hace frío, está seco y los días soleados son cortos, pueden surgir varios problemas de salud. La sequedad de la piel o la depresión estacional aumentan, y también aumenta el riesgo de enfermedades respiratorias como resfriados, gripe y COVID-19. El periódico Daily Mail del Reino Unido presentó, además de estas enfermedades, problemas de salud inesperados que pueden ocurrir en invierno y cómo mejorarlos.
Dolor en las articulaciones
Durante el invierno, la artritis y las molestias en las articulaciones tienden a empeorar. Las causas del dolor en las articulaciones incluyen infecciones virales, inflamaciones como la tendinitis o lesiones.
La más comúnmente relacionada con la artritis. La osteoartritis, que implica el desgaste del cartílago entre los huesos, o la artritis reumatoide, que causa inflamación en los tejidos articulares, son las más frecuentes.
Los expertos dicen que "las personas con artritis experimentan un empeoramiento de los síntomas cuando la temperatura desciende". Aún no se ha determinado exactamente por qué sucede esto, pero existen varias teorías.
Primero, cuando hace más frío, el cuerpo circula menos sangre hacia las articulaciones y en su lugar se concentra en los órganos principales del cuerpo. Los expertos dicen que "esto puede causar rigidez en las articulaciones y, en consecuencia, dolor" y también afirman que "el cuerpo es más sensible al dolor causado por el frío".
Según un estudio, 117 pacientes con artritis reumatoide informaron que tenían dolores articulares más severos en invierno que en primavera. La exposición frecuente al clima frío también está relacionada con la aparición de la artritis reumatoide.
Según un estudio realizado con más de 5,000 trabajadores, las personas que trabajan en el exterior tenían un 50 % más de probabilidades de padecer artritis reumatoide. Los expertos recomiendan: "A los pacientes con dolor en las articulaciones se les aconseja evitar participar en actividades al aire libre cuando hace frío" y "en su lugar, mantener una rutina de ejercicio en interiores para mantener la salud".
Pérdida ósea
La osteoporosis generalmente aparece en la vejez. Cuando se desarrolla osteoporosis, los huesos se vuelven débiles y propensos a fracturas, aumentando el riesgo de fracturas. Nuestro cuerpo tiene dificultades para absorber calcio, un nutriente importante para el esqueleto, durante el invierno.
Por esto, la pérdida ósea se agrava. Esto está relacionado con el tiempo de exposición al sol, es decir, las horas de luz solar. Durante el invierno, la reducción en las horas de luz solar también disminuye el tiempo de exposición al sol. De esta manera, se vuelve insuficiente la producción de vitamina D en el cuerpo a partir de la exposición al sol.
La vitamina D ayuda al cuerpo a procesar y absorber adecuadamente el calcio. Según estudios, la vitamina D obtenida a través de la exposición al sol es necesaria para mantener los niveles de calcio que permiten que las funciones celulares y óseas funcionen normalmente.
Dado que los alimentos que contienen vitamina D son escasos, la luz solar se considera la principal fuente. Los expertos dijeron: "Durante el invierno, los ancianos deben tener cuidado para prevenir caídas al realizar actividades al aire libre" y "los suplementos de calcio y vitamina D pueden ayudar a superar los efectos de la pérdida ósea".