Sin síntomas y con dolor abdominal ocasional... cirugía si es mayor a 10 mm
Ejercicio en lugar de dietas altas en grasa y calorías... La revisión médica regular es importante

Debido a que se realizan más ecografías abdominales en los exámenes de salud recientes, la frecuencia de detección de pólipos en la vesícula biliar ha aumentado, alcanzando entre el 2% y el 9% de toda la población.
La vesícula biliar es un órgano que almacena la bilis producida por el hígado. Está ubicada justo debajo del hígado y los pólipos que se forman aquí se refieren a todas las protrusiones de la mucosa que sobresalen hacia el interior de la vesícula biliar, excluyendo los cálculos biliares.
Los pólipos de la vesícula biliar se dividen en pólipos no neoplásicos y neoplásicos. Los pólipos no neoplásicos incluyen pólipos de colesterol, pólipos inflamatorios y hiperplasia de la mucosa, mientras que los pólipos neoplásicos comprenden adenomas y carcinomas. La mayoría de los pólipos de la vesícula biliar (98%) son no neoplásicos, y más de la mitad de ellos son pólipos de colesterol que, si miden 10 mm o menos y no presentan síntomas, se manejan con observación y seguimiento mediante exámenes de imagen periódicos sin necesidad de cirugía u otros tratamientos agresivos.
Por otro lado, se informa que aproximadamente del 3 al 8% de los pólipos de la vesícula biliar son malignos, y en particular, el cáncer de vesícula biliar tiene una tasa de supervivencia a 5 años de solo el 5%, siendo un cáncer con un pronóstico muy pobre. Además, la metástasis a órganos circundantes es frecuente y la tasa de recurrencia también es alta, por lo que si se pierde el momento adecuado para el tratamiento, la curación es difícil, pero si se detecta temprano, se puede esperar la curación mediante una colecistectomía.
La presencia de pólipos en la vesícula biliar se puede detectar relativamente fácilmente mediante una ecografía abdominal, pero hasta que se realice una biopsia de tejido después de la cirugía, no se puede determinar con precisión si es benigno o maligno con ningún otro examen. El grosor de la pared de la vesícula biliar es de aproximadamente 2 mm, y en su interior hay enzimas digestivas, por lo que si incluso se perfora una pequeña abertura, estas enzimas pueden filtrarse en la cavidad abdominal, causando peritonitis y poniendo en peligro la vida, por lo que no se realiza una biopsia de tejido. Por lo tanto, hasta la cirugía, no queda más remedio que distinguir la malignidad mediante métodos de imagen médica.
El profesor Choi Jung-wan, del Departamento de Gastroenterología del Hospital Universitario de Ansan, afirmó: "Por lo general, cuando el tamaño de un pólipo es superior a 5 mm y no está claro si se trata de un pólipo de colesterol o un pólipo tumoral, se requiere una evaluación detallada". Además, añadió: "Se puede mejorar la precisión en el diagnóstico de pólipos mediante la realización de una endosonografía, que es superior a la ecografía abdominal, o mediante la adición de tomografías computarizadas o resonancias magnéticas abdominales, las cuales analizan de manera diversa el tamaño exacto, número, forma, presencia de vasos sanguíneos y la estructura en capas de la pared de la vesícula biliar, aumentando así la tasa de diagnóstico de pólipos malignos".
El tratamiento de los pólipos de la vesícula biliar varía según la edad del paciente, los síntomas y la presencia de factores de riesgo en los pólipos. La estrategia principal de tratamiento consiste en identificar y realizar cirugía temprana en aquellos casos con alta probabilidad de malignidad.
Por lo general, los pólipos de la vesícula biliar no presentan síntomas, aunque en casos raros pueden causar síntomas como dolor abdominal. Cuando hay síntomas, se puede considerar la colecistectomía independientemente del tamaño del pólipo, y en casos asintomáticos, si el tamaño es superior a 10 mm, se puede realizar una cirugía basada en los hallazgos de varias pruebas.
Aunque se extirpa la vesícula biliar, la bilis producida en el hígado se suministra al duodeno a través de las vías biliares, por lo que no hay un cambio significativo en la función digestiva, pero después de la cirugía pueden aparecer síntomas como indigestión, fatiga y diarrea, que en su mayoría son síntomas temporales que mejoran gradualmente.
Para prevenir los pólipos de la vesícula biliar, es recomendable evitar dietas altas en grasas o calorías y mantener una alimentación equilibrada. Además, es beneficioso realizar ejercicio adecuado para mantener el peso corporal estándar y, sobre todo, realizar revisiones médicas periódicas para detectar tempranamente pólipos malignos en la vesícula biliar.
El profesor Choi afirmó: "En el caso de pólipos de tamaño inferior a 10 mm sin síntomas, la mayoría son benignos y no muestran cambios significativos en un seguimiento de cinco años, pero en algunos casos pueden desarrollarse en tumores malignos, por lo que es esencial realizar revisiones periódicas". Además, enfatizó: "Dependiendo del caso, es importante que en instituciones médicas con experiencia suficiente y acceso a diversos equipos, se realicen exámenes precisos, incluyendo ultrasonido endoscópico, para distinguir con precisión los tumores".