말하는 직업인데 이런 게 생겨서 너무나 힘들었겠네요 그래도 지금 잘 관리하고 계시니까 꾸준하게 병행하시면 좋을 것 같아요
Historia de tratamiento de la linfadenitis con antibióticos y mejora de los hábitos alimenticios
Soy una persona que habla mucho, por lo que normalmente tengo dolor de garganta y no me daba cuenta de que la amigdalitis estaba progresando, hasta que los síntomas empeoraron y tuve que ir al hospital. Según el diagnóstico del hospital, afortunadamente no era un tumor maligno ni una metástasis en otros órganos, sino una infección bacteriana, por lo que fui tratado con antibióticos durante aproximadamente dos semanas y poco a poco mejoré. Sin embargo, como la amigdalitis no mejoraba rápidamente, consumí muchos alimentos recomendados para la amigdalitis y presté mucha atención a mis hábitos alimenticios.
Antes de contraer la linfadenitis, no conocía bien la palabra "linfático". Después de ir al hospital, escuchar la explicación y buscar información sobre la enfermedad, me familiaricé con ella. La linfadenitis se refiere a la inflamación de los ganglios linfáticos, donde aproximadamente el 40% de los ganglios linfáticos del cuerpo en la zona del cuello se agrandan debido a infecciones u otras causas, en comparación con lo normal.
Los ganglios linfáticos son caminos por los cuales se desplazan líquidos corporales distintos de la sangre; el líquido linfático es uno de los dos tipos de líquidos que normalmente existen en el cuerpo humano junto con la sangre y se dice que principalmente cumple funciones inmunológicas. La causa de la linfadenitis puede ser la respuesta de los ganglios linfáticos a bacterias, virus, fatiga, estrés, entre otros, o la migración de tumores malignos de otros órganos que causan inflamación al llegar a los ganglios linfáticos.
En mi caso, como mi trabajo implica hablar, suelo tener dolor de garganta y no me di cuenta de que era una inflamación de los ganglios linfáticos, hasta que los síntomas empeoraron y tuve que ir al hospital. En ese momento, también tuve fiebre y una fatiga muy intensa, lo que dificultaba trabajar normalmente.
Los síntomas de la linfadenitis incluyen la hinchazón de los ganglios linfáticos, que pueden sentirse como bultos, y en casos de linfadenitis causada por infección, a menudo hay dolor al presionar esa zona. Según el diagnóstico hospitalario, afortunadamente no se trataba de un tumor maligno ni de metástasis de otros órganos, sino de una infección bacteriana que fue tratada con antibióticos durante aproximadamente dos semanas, mejorando gradualmente. Sin embargo, debido a la linfadenitis, no mejoré rápidamente en el estado de mi garganta, lo que fue un gran problema.
Por eso presté mucha atención a mis hábitos alimenticios, comiendo con frecuencia espinacas que contienen hierro y vitamina C para fortalecer el sistema inmunológico, y brócoli, rico en antioxidantes y vitaminas K y C, que puede reducir la inflamación. También consumí diariamente semillas de girasol, que son ricas en ácidos grasos omega-3 y antioxidantes, ayudando a reducir la inflamación. Además, incluí fibra en mi dieta para facilitar la digestión y eliminar toxinas del cuerpo, fortaleciendo así la inmunidad.